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Aminoácidos: una forma aprovechable y ecológica del nitrógeno

Aminoácidos: una forma aprovechable y ecológica del nitrógeno

Cuando escogemos un fertilizante tradicional con el fin de promover el crecimiento y vitalidad de los cultivos, es común que observemos la cantidad de nitrógeno que el producto reporte en su etiqueta. Entre más nitrógeno tenga, (como porcentaje del peso total del producto) nos rendirá más el producto y tendremos mejores resultados en el campo. Lo que muchas veces no sabemos es que la cantidad total del nitrógeno es solo uno de los factores que debemos tomar en cuenta para escoger el producto más adecuado para nuestros cultivos, ya que podríamos ser cómplices de la degradación de los suelos y la contaminación de los mantos acuíferos, además del desperdicio del producto en sí.

El nitrógeno es uno de los componentes principales de los fertilizantes químicos tradicionales. Desde el punto de vista químico, su función consiste en ser parte de compuestos vitales para las plantas, como las proteínas, vitaminas, ADN, clorofila, hormonas y enzimas. Desde el punto de vista biológico, el nitrógeno facilita la obtención de hojas con un color verde intenso, plantas con un crecimiento rápido y alta vitalidad, así como una mayor floración y producción de frutos (Taiz & Zeiger, 2010). En el medio ambiente, la mayor cantidad de nitrógeno se encuentra en su forma gaseosa, en el aire que respiramos. Para que las plantas puedan obtenerlo, éste debe ser absorbido por los microorganismos que están presentes en el suelo, los cuales se encargarán de transformarlo a otras formas aprovechables como sales de amonio o nitratos. Es precisamente en dichas formas en las cuales encontramos al nitrógeno en los fertilizantes químicos tradicionales.

Sin embargo, ese tipo de fertilizantes también cuentan con aspectos negativos. En primer lugar, el proceso mediante el cual se fabrican intenta imitar el proceso que ocurre en la naturaleza, utilizando una gran cantidad de energía (1.2% de toda la energía consumida en el mundo) en conjunto con subproductos de la industria de los combustibles fósiles (Bicer, Dincer, Vezina, & Raso, 2017). Esta forma de producción implica una gran demanda de recursos para el planeta, además de generar una gran cantidad de contaminación para el medio ambiente. Sumado a esto, los fertilizantes químicos en forma líquida deben tener altas concentraciones de compuestos de nitrógeno debido a que alrededor de un 20% se pierde por evaporación al medio ambiente, otro 20% se pierde por reacciones químicas con compuestos en el suelo, y un 10% se pierde por drenado o lixiviación hacia fuentes de agua bajo tierra (Chandini, Kumar, Kumar, & Om, 2019). Esto quiere decir que únicamente la mitad del nitrógeno que aplicamos al suelo mediante fertilizantes químicos es absorbido por las plantas.

Ante estos inconvenientes, Magic Green ® biofertilizante natural provee el nitrógeno a las plantas en forma de aminoácidos. Los aminoácidos son moléculas pequeñas que están presentes en todos los seres vivos y constituyen la forma más aprovechable del nitrógeno para estos. Cuando las plantas absorben los diferentes compuestos de nitrógeno presentes en los fertilizantes, ya sea como sales de amonio, nitratos o urea, éstas deben transformarlos en aminoácidos para construir todas las moléculas que mencionamos anteriormente (proteínas, vitaminas, ADN, clorofila, hormonas y enzimas), lo cual conlleva a un gasto de energía y materia prima (Taiz & Zeiger, 2010). Al proveer a la planta directamente con aminoácidos, le estamos ahorrando recursos que podrá redirigir a otras funciones esenciales, como crecimiento o producción de frutos. Por otro lado, los aminoácidos no presentan los problemas de evaporación o lixiviación que si presentan otros compuestos debido a su alta solubilidad y rápida absorción, lo cual evita el desperdicio y eleva la eficiencia de cada aplicación. Además, al utilizarlos estamos reduciendo nuestro impacto al medio ambiente, es decir, estamos contribuyendo a la conservación de nuestras fuentes de agua y nuestros suelos.

Por su estructura tridimensional, los aminoácidos pueden presentarse en 2 conformaciones, las cuales se llaman “L” o “R”, y podemos entenderlas al hacer una analogía con nuestras manos. Tanto nuestra mano derecha como izquierda pueden cumplir las mismas funciones, como sostener un vaso o estrechar la mano de otra persona, sin embargo, no podemos utilizar un guante izquierdo sobre nuestra mano derecha porque no se acoplarían (Yurkanis-Bruice, 2008). De la misma forma, en la naturaleza existen algunos compuestos que pueden utilizar únicamente una versión de este tipo de moléculas (solo guantes izquierdos), como es el caso de todos los compuestos de nitrógeno que son requeridos por las plantas. Los aminoácidos producidos por métodos químicos no distinguen entre estas 2 conformaciones, por lo que generan una mezcla equitativa de ambas. En contraste, el método biotecnológico de producción de Magic Green ® permite obtener únicamente la conformación “L”, la mano izquierda, de los aminoácidos, lo cual quiere decir que el 100% de estos son aprovechables para las plantas.   

Esta es la primera entrada de una serie de publicaciones que realizaremos acerca de las diferentes ventajas que la composición y método de producción le confieren a nuestro producto Magic Green ®.

Referencias

Bicer, Y., Dincer, I., Vezina, G., & Raso, F. (2017). Impact Assessment and Environmental Evaluation of Various Ammonia Production Processes. Environmental Management.

Chandini, R., Kumar, R., Kumar, R., & Om, P. (2019). The Impact of Chemical Fertilizers on Our Environment and Ecosystem. En Research Trends in Environmental Sciences (págs. 71-86).

Taiz, L., & Zeiger, E. (2010). Plant Physiology. Sinauer Associates.

Yurkanis-Bruice, P. (2008). Química Orgánica. México: Pearson Educación.